lunes, 20 de febrero de 2012

De la espiral, los interrogantes y la creatividad atrofiada.

 “Crear”. ¿Qué es “crear”?. ¿Qué es la creatividad?. En un sentido estricto “crear” es partir de la Nada. Partir de la Nada y convertirla en algo. Extraer algo nuevo de algo que nada contiene. En el sentido de un escritor el crear sería enfrentarse a la hoja en blanco, a esa hoja que representaría a la nada, y a partir de ese algo que no contiene nada, transformarlo en algo.
Internet, creatividad. Creatividad, Internet. Uno de los mayores argumentos que utilizan los defensores a ultranza de Internet, es que él fomenta la creatividad. Já. Que este nuevo medio, que es la World Wide web, da lugar a una mayor creatividad nunca antes vista, o que proporciona el soporte material para dar lugar a dicha creatividad.
Que “Internet fomenta la creatividad” es una falacia a la altura de que “Internet fomenta la libertad”. Nada más lejos. Nosotros defendemos la postura de que Internet fomenta eso a lo que nosotros hemos llamado creatividad frustrada, que conlleva al usuario a tender hacia un consumidor masivo-pasivo de información, que se alejaría bastante de un usuario creativo en Internet.
Internet, creatividad. Creatividad, Internet. No existe una correlación directa. Es más, nosotros defendemos la idea de que Internet, más que fomentar una creatividad como tal, lo que hace ya no es sólo producir una creatividad frustrada, sino una creatividad atrofiada, amorfa. Una supuesta creatividad que se forma alrededor de moldes superpuestos y construidos anteriormente por otros. Se construye algo no desde la Nada, sino desde algo ya creado, y no transformándolo, sino que jugando con las posibilidades que da el medio (y siempre dentro de sus reglas), para luego terminar produciendo un conjunto de elementos superfluos que, juntos, producen la falacia de que “Internet fomenta la creatividad”.
Nosotros hemos querido aportar una visión un poco diferente a la visión dominante actual respecto a Internet. También nos hemos querido fijar en dicho aspecto de la creatividad , dado que entendemos que es uno de los debates que han de surgir y que deben de tener más cabida hoy en día, también dentro de la sociología. Este blog ha sido un ejercicio a través del cual hemos ido analizando, jugando, y configurando nuestra visión sobre éste tema. También ha sido un ejercicio con el que teníamos la intención de que se generase ese debate que ansiábamos. A ello es debido el que el blog parezca una cosa en primer lugar, para luego ir cambiado hasta dar un giro drástico y enfocarse ya directamente en nuestro objetivo. Por ello, cómo justificamos anteriormente, no hemos querido añadirle ningún tipo de facilidad (¿o banalidad?) estética, ni facilidad en materia de escritura, puede que sea una baza en nuestra contra, dado que así habrá leído menos gente nuestro blog. Sí es así, sería un punto a nuestro favor, y algo que nos otorgaría un mínimo de razón, o no. Tal vez se haya entendido. Tal vez no. Tal vez quede en un simple y vano ejercicio de teorizaciones y reflexiones. Tal vez de él se obtenga algo de interés y/o valor. Tal vez si surja ese debate. Tal vez se nos vea como unos cuantos desquiciados dispuestos a criticar algo que no tiene por qué criticarse. Tal vez sea una crítica acertada. Tal vez se vaya todo a la mierda. Tal vez no.

Nuestras conclusiones no se presentarán en forma de verificación de las hipótesis iniciales; no hay grandes enunciados resultantes del contraste de las mismas ni arrojaremos nada nuevo sobre la temática tratada.
Nuestras grandes conclusiones no son más que interrogantes que más que nunca resuenan en nosotros a raíz del acercamiento a la materia, y que exponemos a continuación.
Sobre la manipulación mediática
  • ¿No es acaso la manipulación algo inherente a nuestra comunidad por completo, y no algo propio de los medios comunicativos?
Se manipula en pos de la nueva forma de poder vigente en nuestras sociedades, la información en concreto, la cultura en general.
Pero, centrándonos en una perspectiva individual, ¿no es esto algo propio del individuo?Quizás esta pregunta sea demasiado radical, pues las aptitudes adscritas del actor aún nos son desconocidas y las posibles a adquirir, aún mutadas como están en nuestros tiempos, son inconmensurables, pero la manipulación es un factor bien alimentado en nuestros días, y ¿cómo iba a ser sino?¿Cuál es la opción que puede permitirse un ente aislado, débil, contra la masa? Manipular en pos de la construcción de la imagen de un yo al que la masa no pueda estropear, corromper o agreder, sólo admirar. Es cuando se cae en los estereotipos, cuando buscamos parecernos al concepto de ser que ha superado los filtros de la sociedad, sólo habrá lugar para el fuerte y el valiente, en tiempos de esteroides y complejos. La manipulación, en este caso se plantea como enemigo antagónico de la construcción trabajosa del uno mismo.
Enlazamos en este punto con la teoría bourdiana desarrollada en la Distinción, cuando habla del consumo de las clases medias, tanto en capital económico como intelectual, que busca rentabilizar el tiempo, se busca un “consumo” de obras que conlleve poca inversión temporal y la ostentación de una pertenencia de clase elevada.
Aplicándolo a nuestro campo, se busca fabricar una imagen de nosotros mismos, en la que se invierta poco tiempo, pero su proyectabilidad cara a la galería sea la propicia, la óptima, la impersonal, la acordada.
Siguiendo con nuestra interpretación de la teoría de este autor, esto se hace devotamente en pos del monopolio del campo, concretando, por el poder, o la “autoridad” si se prefiere en nuestros círculos cercanos, amigos, familia, trabajo, ¿qué será de nuestra imagen? A lo que nosotros contestamos, ¿qué será de nosotros mismos? Si bien no nos corresponde a nosotros poner fin a debates moralistas, nuestra opinión es que una vida proyectada a terceras personas es una vida oscura en primera persona, y esto es lo que posteriormente provocará la inmediatez y la ansiedad por el respeto y poder ajeno y las artimañas para su consecución, la carencia del respeto propio; vivimos en una sociedad donde el narcisismo o la egolatría (el polo opuesto a lo que hablamos, sin que ello signifique que sea lo adecuado, o sea positivo) serían algo imposible, pero esta llena de perfectos mártires que viven por los demás, por la imagen que despierten en los demás.
Inevitablemente, y dado el marco académico en el que nos movemos, no queremos dejar de lado la sociología académica alejada de nuestro análisis.
¿No es el positivismo aplicado en nuestra ciencia, que durante tantos años ha dirigido nuestros aportes, o intentos, una muestra de esto precisamente?
¿Por qué un juicio no es válido si no es extrapolable al resto de sujetos, es decir, si no posee un carácter universal? El positivismo y su desprecio por el valor atípico, por la minoría, por el individuo aislado, es antagónico del relativismo y su respeto por la diversidad, y nosotros vivimos una ciencia violenta, que no hace más que seguir acrecentando las barreras entre el conjunto de actores. De igual forma que occidente ha destruido la multiplicidad del individuo, la contemplación de la morfología de la persona forjada con un sinfín de “yos” en pos de una única personalidad, sin tener en cuenta que en la unión en muchas de las ocasiones conlleva la mutilación de nuestra diversidad, la aplicación de la ciencia a nuestra disciplina, a nuestro arte, la mutiló de igual forma, desde aquí nuestros humildes saludos a Comte y cia.
Por finalizar con nuestra primera cuestión/conclusión, relacionar lo expuesto con el caso de los media es sencillo. La manipulación de la información, no es otra cosa que un síntoma a añadir a la lista de un sistema estereotípico que busca en la configuración de el espacio social de lo inmediato como principal fuente de rentabilidad. La inmediatez conlleva irrevocablemente un mayor consumo que lo reflexivo,y es el máximo exponente de las inseguridades y complejos a los que se exponen los actores sociales, el resultado será un Gigante aniñado, un sistema inmaduro, caprichoso, excesivamente apresurado y en disposición de gran fuerza para ocultar sus carencias y cubrirse y proyectar virtudes inexistentes.

Sobre la creatividad
  • ¿Es posible en nuestros días?
En muchos de los ámbitos de nuestras vidas, es factor restringido, ¿qué padre será aquel que termine con la voluntad y personalidad del hijo? ¿Qué de las instituciones y sistemas que hacen lo propio con sus miembros? ¿en tiempos de lo estático, que lugar ocupa la creatividad?
Las constricciones y devastadoras corrientes nos alejan de nosotros mismos, nuestro impulso creativo, será en muchas ocasiones un esfuerzo reaccionario a esta presión, ¿hasta dónde podríamos llegar en un escenario con el mínimo de ataduras posibles, en el que nuestra expresión no fuera defensa de la agresión? El yo, la belleza, musas desterradas, sustituidas por la tensión y la lucha por la supervivencia de nuestro carácter, fin de las corrientes creativas, comienzo de culturas emprendedoras.
  • ¿Acaso no ha devenido la creación en producción?
En el ámbito social, es un hecho plausible, si expandimos un poco más la noción de Marc Augé de “no-lugar”, es posible hablar de no-personas, de generaciones silenciosas, ¿cómo es posible que en nuestro tiempo, cuando el mundo observa a su generación más formada (al menos en teoría) cuando buscamos respuestas que ahondan en lo emocional, o espiritual si se prefiere, sigamos acudiendo a los antiguos clásicos? ¿cuál es nuestro aporte? Nuestro aporte es lo rentable, lo productivo, pero poco en lo que se refiera al efímero camino que es nuestra existencia; buscamos una mayor comodidad de vida, ¿pero para qué? Nuestro esfuerzo vital ha mutado de la duda metódica al bienestar metódico, un bienestar que no contempla el esparcimiento humano si no es términos de productividad o status.
Esto queda reflejado en la máxima aportación del ser humano, el arte, siguiendo las teorías de Heidegger, este es el elemento para superar el abismo entre la Tierra y el mundo, entre lo meramente físico y lo significativo, y siguiendo a Campbell, el arte posmoderno posee como rasgo característico la superficialidad, que expresa tanto la frivolidad existencial de los objetos como la de los mismos sujetos. Vivimos en un mundo en el que la técnica está dominada, pero no tenemos nada transmitir, salvo el mero desgaste de nuestros zapatos al pasar. ¿De qué sirve todo este avance tecnológico si lo correspondemos con las crisis existenciales más violentas de los últimos tiempos?finalmente ahogamos también estas en la tibieza de la conformidad y de pronto todo cobrará sentido, convirtiéndonos de nuevo en las generaciones silenciosas.

Por lo que, más que un renacimiento de la creatividad, nos acercamos a una destrucción de ella, a una vanalización muy pobre, a un atrofiamiento de ésta. Sobre la base de una visión idílica de Internet tendemos hacia el camino de una monstruosidad en sentido creativo. Mercantilización de la creatividad ahora conjugada con una simplificación de ella y una destrucción de la capacidad del ser humano para ser capaz de convertir la nada en algo. La creatividad no se rentabiliza, no se ha de entender en sentido puramente de mercados. La creatividad no puede sentar sus bases sobre estereotipos tópicos típicos. Tal vez ésto sólo sirva para replantearnos el sentido del camino que estamos tomando, tanto en el sentido creativo, como en el sentido de poder conservar esa capacidad crítica de la que hemos hablado anteriormente. Tal vez deberíamos volver al dilema del escritor frente a la hoja en blanco para entender bastantes procesos actuales. Tal vez deberíamos defender la capacidad crítica que aún sobrevive. Tal vez sigamos girando en espiral, sin saber que deparará. Tal vez todo esto sea inútil. Tal vez todos seamos inútiles. Tal vez, tal vez, tal vez...

La creatividad en sí no existe. Hay que crearla.